sábado, 1 de diciembre de 2007

Juan Pablo II


Doy comienzo a este mi blog con partes de la carta de Juan pablo II [1999] enviada a los artistas:

De ellos nos dice:
“Al modelar una obra de arte se expresa a sí mismo hasta el punto que su producción es un reflejo singular de su mismo ser, de lo que el es y de cómo es”.

En otro párrafo agrega:
“El arte encuentra una dimensión nueva y un canal extraordinario de expresión para su crecimiento espiritual.
Por medio de las obras realizadas, el artista habla y se comunica con los otros.
La historia del arte, por ello no es solo historia de las obras, sino también de los hombres”.

Continúa:
“El artista vive una relación peculiar con la belleza.
Para todos, creyentes o no, las obras inspiradas en las Escrituras son un reflejo del misterio insondable que rodea y está presente en el mundo.
La perfección fulgurante de la belleza percibida en el fervor del momento creativo; lo que logran expresar en lo que pintan, esculpen, o crean es sólo un tenue reflejo del esplendor que durante unos instantes ha brillado ante los ojos de su espíritu.
Toda forma auténtica de arte es, a su modo, una vía de acceso a la realidad mas profunda del hombre y del mundo”.

Hablando de los iconos nos dice:
“En Oriente continuó floreciendo el arte de los iconos, vinculado a significativos cánones teológicos y artísticos y apoyado en la convicción de que en cierto sentido el icono es un sacramento”.

Luego continúa:
“El artista busca siempre el sentido recóndito de las cosas y su ansia es conseguir expresar el mundo de lo inefable”.

En el final de su carta el Santo Padre nos decía:
“La mía es una invitación a redescubrir la profundidad de la dimensión espiritual y religiosa que ha caracterizado el arte en todos los tiempos, en sus mas nobles formas expresivas.”

Y nos invita a:
“adentrarse con intuición creativa en el misterio del Dios encarnado y, al mismo tiempo, en el misterio del hombre.”

Termina diciendo:
“Os deseo, artistas del mundo, que vuestros múltiples caminos conduzcan a todos hacia aquel océano infinito de belleza, en el que el asombro se convierta en admiración, embriaguez, gozo indecible.”

2 comentarios:

Porteña dijo...

Hola Carmen, muy interesante tu blog.

Gabriela G.C dijo...

Carmen, me encanta que hayas logrado al fin tu blog,te felicito y lo voy a poner en Favoritos para ver como sigue, espero que subas todas tus obras,habrà muchas que no conozco.
Te felicito.
Gabriela.