martes, 8 de enero de 2008

Decian...Son notas que pueden interesar a nuestro tema

San Juan Damasceno:
-“ No me inclino ante la creación en lugar del Creador, sino me inclino ante el Creador que se hizo creado como yo, y sin humillar Su dignidad o sufrir ninguna división, desciendo a la forma de una criatura para glorificar mi naturaleza y hacerla partícipe de la naturaleza Divina.

Junto con el Rey y Dios, me inclino ante la púrpura del Cuerpo, no como vestidura y no como a una cuarta Persona, no sino como convertida en partícipe de esa misma Divinidad.

Del mismo modo que el Verbo, sin sufrir cambio alguno, se hizo Carne, el mismo modo, la Carne se hizo Verbo sin perder aquello que ella es, mejor dicho, siendo una con el Verbo en la Hipóstasis.

Por ello con atrevimiento represento a Dios invisible no como tal, sino habiéndose hecho visible por nuestra causa a través de la participación en la Carne y en la Sangre.

No represento la Divinidad invisible, sino por intermedio de la imagen expreso la Carne de Dios que fue visible”.
[Tomado de S. N. Belkin Odesa, Rusia]

San Basilio:
“Levantaos vosotros pintores, que a través de vuestro arte exaltado hacéis Iconos. Mi alabanza para el campeón coronado es pobre, comparada con la sabiduría que inspiran vuestros pinceles con sus radiantes colores. Yo me detengo al escribir sobre el valor de los Santos y los Mártires, de ahora en adelante, porque vosotros los habéis coronado y hoy me alegro de la victoria ganada por vuestro poder.

A medida que miro los detalles de las figuras de vuestros iconos, su victoria es mas brillante para mi.

Que los demonios rabien, porque han sido destruidos por los bondades de los Santos y los Mártires que vosotros habéis descripto.

Haced que sus manos quemadas en las llamas de lo viejo, sean reveladas nuevamente como victoriosas. Que esto que yo he dicho quede incluido en esos “iconos” y unidos con el Cristo, Juez de todo el contexto . A El la gloria por lo siglos de los siglos .
Amén.”

San Dionisio:
”Abramos los ojos para ver, los oídos para oír y el corazón para sentir. Para dirigir nuestros pensamientos hacia la contemplación de cosas elevadas se hace necesario un medio familiar cotidiano para dar una forma visible a lo que tiene forma; para hacer visible lo que no se puede describir, para que podamos construir analogías comprensibles”.
[sobre Jerarquías Celestiales tomado de M.C.M de Boschkowitsch .]

Monje Dionisio de Furna:
“Sabed estudiosos discípulos, que si queréis consagraros a esta ciencia de la pintura, es necesario que halléis a un sabio maestro, que os la eneseñará en poco tiempo, si os dirige como nosotros le indicamos.
Mas si solamente halláis a un maestro cuya instrucción y arte no sean perfectos, intentad hacer lo que yo hice, es decir, estudiad algunos originales del célebre Manuel Panselinos.

Trabajad así un largo tiempo y esforzaros, como ya hemos dicho, hasta que lleguéis a captar la proporciones de ese pintor y los caracteres de sus figuras.

Id después a las iglesias que él pintó y sacad antiboles de modo que se indica más abajo.

No comencéis vuestra obra al azar y sin reflexión; actuad, antes al contrario , con la fe puesta en Dios y con piedad en este arte, que es una cosa divina.”

[Sacado de la guía de la pintura del monje Dionisio de Furna del S XVIII]

Ouspensky:
“El icono participa como lenguaje artístico de la Iglesia, en todo el complejo de nuestras ofrendas a Dios a través de los cuales es realizado el destino humano: el destino en realidad, la vocación santificar y transfigurar el mundo, a sanar la materia corrupta por el pecado y transformar todas las cosas en un medio de eterna comunión con Dios.”

Juan Damasceno:
“No venero la materia, sino al Creador de la materia que se ha hecho materia a cusa mía; aceptó habitar en la materia y con la materia ha obrado mi salvación... Yo honro y trato con veneración también a toda la otra materia a través de la cual me ha venido la salvación, ya que está llena de potencia de gracia.
¿ O no es acaso de materia la madera de la cruz?
¿ No es materia el monte venerable y santo, el lugar del Gólgota?
¿No es materia la piedra y roca santa, dadora y portadora de vida, tumba santa, fuente de nuestra resurrección?
¿No es materia el santísimo libro de los evangelios?
¿No es de materia la mesa vivificante que nos prepara el pan de la vida?
¿No son materia el oro, la plata con los cuales se hacen cruces, patenas y cálices?
¿Y antes de estas cosas, no son materia el cuerpo y la sangre del Señor?
Y entonces, elimina del culto y la veneración todas estas cosas, o sino concede a la tradición de la Iglesia también la veneración de la imágenes santificadas por el nombre de Dios y por los amigos de Dios y por este motivo cubiertas con la gracia del Espíritu Santo.”

La Iglesia Ortodoxa:
“En un museo, el icono deja de ser icono, porque necesita toda la estructura de la vida eclesial”.
Es por eso que cuando los Rusos van a los museos donde el gobierno ha colocado los iconos, ellos oran y se persignan delante de ellos.


Santo Tomás de Aquino:
“ El culto de la religión no se dirige a las imágenes en sí mismas como realidades, sino que las mira bajo su aspecto propio de imágenes que nos conducen a Dios encarnado.
Ahora bien, el movimiento que se dirige a la imagen en cuanto tal, no se detiene en ella, sino que tiende a la realidad de la que es imagen.”
[de su Summa Teológica]

San Juan Damasceno:
“ Lo que es la Biblia para las personas instruidas, lo es el icono para los analfabetos, y lo que es la palabra para el oído, lo es el icono para la vista”.

Michel Quenot en su obra dice del icono:
“la palabra icono es un término usurpado, lo ha sido a menudo desde el S. XVIII y lo es mas en nuestros días”.

Manuel Vega agrega:
“ No solo ha sido prostituída, ya que se la emplea indistintamente para designar a una estrella del decadente cine norteamericano o para llamar a diferentes entradas a internert”.

Paul Evdokimov
“... el icono se torna milagroso. “Milagroso” quiere decir exactamente “cargado de presencia”, su testigo indudable y el “canal de la gracia hacia la virtud santificadora”
El Concilio VII lo declara muy explícitamente “ya sea por la contemplación de la Escritura, ya sea por la representación del icono.... recordamos todos los prototipos y nos introducimos con ellos”.

El Concilio de 860 afirma en el mismo sentido “Lo que el Evangelio nos dice a través de la palabra, el icono nos lo anuncia a través de los colores y nos lo hace presente”.

Pablo Vl
Hablando a los artistas reunidos el 7 de mayo 1964 en la Capilla Sixtina, al llamarlos “maestros en el arte” de “comunicar el mundo invisible en formas accesibles, inteligibles”.

Leonidas Uspenskij
“El icono es un claro testimonio tanto de la bajada de Dios al hombre, como el impulso del hombre a Dios”.


Daniel Ange
“Amo los iconos solo por esto: en ellos Dios habla con un lenguaje de pobres. Es una consolación para los pobres.
Amo a los iconos, porque se parecen a Dios: tienen su misma de acercarme, pobremente, discretamente, silenciosamente.
Un icono no se impone. No violenta la mirada [como hace la cultura contemporánea]. No demuestra nada, no comprueba nada, no quiere ser una evidencia. Como Dios.

Se necesita tiempo, muchas veces años para entrar en ellos.
Delante a quien mira el icono aguarda, espera, espera ser penetrado y comprendido, y por esto amado.
Pide una confianza, suscita una larga paciencia, despierta una cierta ternura. Como hace Dios.
Sus formas son austeras, pobres, se abren solo al corazón.
No crea un “pathos”, no está adornado, no exagera, no estimula la emoción o la sensibilidad, sino solamente aquella que despierta la sonrisa en un niño.

Atrapa la mirada solamente para ablandar el corazón del hombre.

El icono todo es pobre y pide alzar los ojos hacia lo alto, hacia aquella región de la cual recibe--- no se sabe bien cómo--- su silencio y su luz.”

Paul Evdokimov
Cada icono, cada escuela, cada iconógrafo, tiene su propio sello “La crisis actual del arte sagrado no es estética; es religiosa, si bien en los últimos años hemos visto resurgir el interés de los iconos, no se comprende su esencia, y aun existe a veces un “iconoclasmo” [rechazo del icono] encubierto, porque progresivamente se ha ido perdiendo el simbolismo litúrgico y la visión patrística de lo religioso”.

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