EL CUERPO: los cuerpos no tienen nada de carnal, son cuerpos transfigurados, altos, delgados, sin volumen, éste desaparece por amplios ropajes y mantos, borrando todo vestigio de sexualidad; es el hombre celestial preponderando.
Los Ángeles se ven mas alargados todavía, muy longilineos, marcando la superioridad de lo espiritual sobre lo carnal.
No hay sombras que estos cuerpos hieráticos proyecten, porque el icono está inmerso en la luz, y además que para Dios no hay sombras.
Toda figura es de gran elegancia y majestuosidad según el estilo bizantino.
LOS BRAZOS: están siempre cubiertos, por manto o blusa, hasta las muñecas, dejando descubiertas las manos; cuando estás aparecen cubiertas marcan símbolo de respeto; como los ángeles en el icono de la Virgen del Perpetuo Socorro.
LAS MANOS: Están representadas en forma particular, son mas grandes de lo normal, los dedos son largos y delgados, no se marcan los nudillos.
Dependiendo de la posición de ellas, será lo que estén significando, bendiciendo, rogando, implorando o conteniendo.
Cuando muestran las palmas, en ese caso indican súplica.
La mano de Jesucristo es el símbolo de su persona, siempre está en expresión de bendición, el dedo índice y el mayor unidos, extendidos representan la duplicidad de la naturaleza, ambos coexisten en una sola y única persona por donde la humanidad llega.
Pulgar, anular, y meñique unidos representan a Dios omnipotente y simboliza las tres personas de la Trinidad.
PIES: los pies son en cuanto a tamaño un dedo [de ancho] mas largo que el tamaño de la mano
LA CARNACIÓN: nunca tiene color natural, según las diferentes escuelas, y la época será mas o menos aceitunado, o mas amarronado, mas oscuro, o mas luminoso. En su composición entra el ocre, el azul y el rojo, aclarando siempre del oscuro hacia el claro, con la técnica de la aclaración progresiva.
LAS MEJILLAS: iluminadas irradian luz interior.
LA LUZ es muy importante en el icono, no hay claroscuros, por lo cual no hay demasiado volumen. No existen las sombras, porque está la luz de Dios y en El no hay oscuridad. La luz viene de adentro.
Para San Pablo “ Todo lo que manifiesta es luz “ o sea todo Ser Es Luz; la luz es vida, lo que no tiene luz es tenebroso opaco.
CUERPO O CABEZA INCLINADOS: representan resignación y obediencia a la voluntad divina.
La cabeza es la sede de la inteligencia y de la sabiduría.
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